Alberto y Alejandra decidieron celebrar su boda en Mas Isern, una preciosa masía perdida en un rincón del Baix Empordà, en la provincia de Girona. Adoro este tipo de sitios para casarse porque permiten que las parejas estén al aire libre, con música de fondo, junto a sus amigos y disfrutando de las vistas de un paisaje maravilloso.
Adoro también este tipo de parejas: con Alberto y Alejandra todo fue sencillo. Tranquilos desde el comienzo del día mientras se vestían. Él en Mas Isern, sonriente, tranquilo y junto a su hermana y su madre que lo ayudaron con todo. Ella en Sa Riera, disfrutando de su familia al sol e incluso atreviéndose a vestirse junto a su hermana en un precioso rincón verde de su jardín.
La ceremonia fue en la Iglesia de Sant Pere de Ullastret, una iglesia con la que no dejo de sorprendente cada vez que voy. Del románico del siglo XI, su sencilla estructura de piedra, la hace realmente bonita. Y si ya de por si es bonita, la decoración que pusieron a base de ramas de sauces en toda la zona del altar, dio un contraste perfecto entre la piedra del altar y las paredes y el verde fresco de las ramas.
Aprovechamos las calles de Ullastret para el ratito de fotos que ellos querían. Es un pueblo lleno de encanto, por lo que no resultó nada difícil encontrar algún rincón con una luz bonita para que tuviesen unas fotografías de boda estupendas.
La guinda del pastel fue el coche nupcial que usaron para moverse entre la iglesia y Mas Isern: un Jeep Willy de la guerra que hizo mis delicias para la sesión fotográfica.
Su boda continuó en Mas Isern, disfrutando del la puesta de sol, de música electro swing y de un buen rollo entre todos que hizo que el reportaje final esté lleno de sonrisas, brindis y besos de los propios novios y de los invitados.
En resumen: ¡día genial, junto a entorno idílico y un primor de pareja!
Masía de celebración: Mas Isern
Iglesia: Sant Pere de Ullastret
Catering: Aspic
Florista: Montana el taller
Vestido de novia: Jordi Anguera
Peluquera: Despeinadas